2007: al fin llegaste.

No se si podría hacer un resumen del 2006 sin acabar por extenderme en cada episodio de la teleserie en que se transformó mi vida, así que lo evitaré. Sólo puedo decir que tuvo de todo, pero para variar, mi voluntad triunfó ante todo.
Si hay algo que debo reconocer es que soy una caprichosa empedernida, y doblarle la mano al destino y a la opinión de quien sea que me rodee es casi mi aventura personal. A pesar de que la idea generalizada debe haber sido algo así como: pobre Clo, tuvo que irse y dejar su vida... Qué pobrecita ni que nada: lo confieso. No tenía vida en Santiago, y lo poco de bueno que había allá no lo estaba disfrutando. Asqueada de todo, tomé las riendas de mi vida e hice uso de una posibilidad que no todos tienen. Acabé con mi vida sin necesidad de suicidarme, sino que, en lugar de ello, tomé otra. Lo mejor de todo es que, incluso lo realmente bueno de mi vida en Santiago se develó con claridad, acentuándose mis amistades profundas, y los cariños que no apaga la distancia.
Tengo grandes deseos para este 2007, pero honestamente no muchas esperanzas. Quiero decir, no es que piense que el año será malo, pero no preveo ningún cambio ni proyecto especial para el año, porque no hay posibilidad de que eso ocurra. Bueno, después de un año tan vertiginoso como el 2006, no podía exigirle tanto a la vida, supongo. Sólo espero que se vaya rápido, proque ya le tengo echado el ojo al 2008.