Y la igualdad ¿cuándo?

Desde hace un tiempo, no sabría decir cuánto, he presenciado esta especie de moda en Chile de defender la posición de la mujer en la sociedad. Que paridad en el gabinete, que ideas de subsidio al empleo femenino, que apoyo a las jefas hogar...

Pero ¿saben qué? Bajo todo ese espectáculo, las mujeres en Chile no gozamos de un mínimo de respeto, cuya única materialización posible es la igualdad ante la ley. Fíjense que hace unos días acompañé a mi madre a hacer trámites de toma de posesión de la herencia que le corresponde y ¡¡sorpresa!! Debe concurrir mi padre a firmar la autorización. Así tal cual, mi madre no tiene derecho ni a tomar lo que es suyo sin el permiso de su marido.

Mi tío, en cambio, no necesita la firma de su esposa para hacer el mismo trámite... porque es hombre. No hay otra razón, y ésto, señoras y señores, es la ley en Chile.

Es horrible, y no es lo único. Hace años, haciendo trámites universitarios, me ofendí al comprobar que las formas a llenar tienen por defecto al padre como jefe de hogar. La mujer sólo se considera jefa de hogar en ausencia del marido. Fue una pelea en mi caso, porque en mi casa mi madre es la jefa de hogar y no está viuda ni separada. Mi familia, en el sistema, no existe.

También sucede que para que ella pagara mis cosas, tenía que demostrar que tenía patrimonio reservado, porque como dice la maldita ley:

Artículo 1749 del Código Civil, “El marido es el jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los bienes sociales y los de su mujer […]”

No quiero discriminación positiva, no quiero que me ayuden a ascender sólo por ser mujer. Quiero simplemente vivir en igualdad ante la ley.

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