Era temprano y disponía de suficiente tiempo como para llegar sin problemas a mi clase de de didáctica de las ciencias naturales, pero siempre tiene que pasar algo... ¡¿por qué no aparecen mis pantalones negros?! Y es que ayer fue un día de esos en los que tienes que correr para todos lados, y tiempo para venir a casa existe sólo en los sueños. Tenía clases temprano, luego almorzaría rápidamentem pues tenía que cantar a las 3:00 pm., para finalmente, correr al teatro regional a las pruebas de sonido para la presentación de la noche.
Todo junto, pero no me quejo. No puedo negar que disfruté el día de ayer como pocos este último tiempo, y es que eso de cantar de un lado a otro funciona en mi como una especie de aliento vital que me da fuerzas para hacer las cosas y, por sobre todo, para disfrutar cada momento como si fuera el más intenso de la vida.
Ayer todo fue perfecto, la gente se veía emocionada y, como no, su emoción se transformó en una sensación gratificante para quienes cantamos. La música da vida y, aún mejor, la contagia.
Música maestra!!!!
sábado, 2 de septiembre de 2006
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