Lo hice!!!!!

Si, y no me arrepiento. Después de mucho tiempo e indecisión, finalmente tomé las dichosas tijeras y, sin pensarlo demasiado, tomé un buen mechón de mi pelo y le di el machetazo mortal.
Desde hacía tanto tiempo que mantenía el pelo largo, que ya parecía parte de mi personalidad. Claro, ya estaba bien chata de gastar tanto en shampoo, bálsamo y crema, chata de demorarme un siglo en lavar mi larga cabellera, hartísima de la tortura de desenredarlo, de tener que trenzarlo siempre porque ya no había otra forma de que no me molestara, de que por el peso no se armaran los risos, por lo que ya no tenía forma de nada... Pero claro, típico que me decían: "que largo tu pelo... y tan bien cuidado que lo teníh", o mi pololo que me rogaba siempre que no lo fuera a cortar. Entonces me bajaba todo el arrepentimiento y lo empezaba a querer otra vez.

Hace unos días estaba decidida a cortarlo por fin, pero mi hermana chica me convenció de que se veía lindo así, hippie... Todo hasta la mañana del Jueves, mientras me preparaba en la mañana. Aún me quedaba algo de tiempo y vi las tijeras; Las mejores tijeras costureras de mi mamá, esas que podrían dar el corte certero, sin arrepentimiento. Entonces no pasó nada por mi mente, sólo las tomé y di el primer corte. Llegada a ese punto, nada más podía hacer que proseguir con la tarea. Fui cortando poco a poco, emparejando unos mechones y desemparejando otros: quería mantener el pelo largo, bajo los hombros, pero con distintos largos para dar más movimiento. La gracia es que fuera menos fome que mi antiguo corte.
Personalmente estoy muy feliz con mi cambio. Inmediatamente me sentí más livianita, y hasta algunas personas creyeron que fui a la peluquería. Pero lo mejor de todo es que con el segundo lavado mis risos reaparecieron!!!!!


Si, sé que toda esta historia puede parecer de lo más superficial que hay, pero... ¡Oigan, están leyendo un blog con fondo rosado! ¿qué esperaban?